sábado, junio 26, 2010






... y lo tomé. Emprendía así mi audaz viaje de regreso... una infinidad de recuerdos buenos, malos, se me venían a merienda... era casi irrisorio, fueron sólo los últimos días los cuales pude disfrutar más, donde lo pasé en definitiva muy bien, donde cada minuto valió la pena ser vívido... fue cuando comprendí que hay muchas cosas que debo conocer aún... y yo que pensaba que se me estaba terminando la vida allí un par de kilómetros más adelante nada más... "mucho te falta niña, mucho aún"... "pero tengo sed de eso!"... "busca tus propios medios para aguantar tu sed... deberás ser paciente... o morirás cuando tengas qué beber en frente tuyo..."... y me sentí mejor cuando supe que no era la única sedienta... sufría a demás de otros males parecidos, y los compartía, eso me engrandecía y me apocaba al mismo tiempo... pero era mejor que sentirse naufraga... Y llegué. Era como otro país, uno desértico, con poca gente... así como desolado... era mi dominio, yo pertenecía a ahí y no quería... prefería quedarme donde estaba, donde había pasado los mejores momentos del último tiempo, a más de mil kilómetros de distancia, "allí era donde quería estar"... todo era extraño, había seguido su curso... el lar había crecido, era muestra de avance... pasaron los días, comencé a retomar la corriente del pensamiento que me mantiene unos doscientos días del año ocupada… por lo menos así lo había sido durante los últimos catorce años… y bueno, las telarañas mentales se fueron yendo de apoco… muchas analogías típicas se vinieron a la mente, eran necesarias… la creatividad juega su papel increíblemente bien en éste punto…





No hay comentarios: